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MARKETING CONNECTION, NUEVO PARADIGMA EMPRESARIAL

A lo largo de la historia, los valores que han fundamentado nuestro progreso han ido cambiando de forma conservando el valor del intercambio. El comercio dejó el trueque de productos para pasar a intercambiar cosas por algo que, en teoría, representa el valor del trabajo. El Marketing ha ido tomando relevancia desplazando la simbiosis en el comercio por una interacción mayormente unidireccional. Y con ello, todo un “ecosistema” derivado de efectos que están llevando a pérdidas que para darles el valor que se merecen, uno debe dejar el cortoplacismo y aprender a ver en tiempos largos. 

Caminamos como hamsters en la rueda… “corre corre y gana más aunque destruya el planeta!”.

Cualquier reto se resuelve con desarrollo. Y la pregunta que muchos se hacen: ¿es compatible la sostenibilidad con el negocio exitoso? Obviamente sí.

Veamos cómo.

Primero analicemos el verdadero problema. Se llama Entropía, un parámetro de la termodinámica que mide el orden o desorden un sistema. En términos prácticos para el comercio sería como invertir más de lo que ganas. A simple vista, un comercio así no avanza, pero si ampliamos la visión de un negocio en el tiempo y le añadimos a su particular ecosistema la consideración de todos los elementos que deben existir en ese largo plazo, incluiríamos muchos negocios más, que aparentemente son exitosos y no lo son, pues por algún lado hay una perdida que para verla es necesaria una visión empresarial que tenga en cuenta a la identidad de empresa, no como un producto del capitalismo actual sino como una identidad puramente capitalista. Para entenderlo, debemos considerar el verdadero concepto. Capitalismo es legado. Tenemos una piedra y la convertimos en una herramienta. Hemos ganado herramienta y capacidades. Una empresa es una identidad única que lleva una idea a la forma. Intentar ver su espíritu es como ver una película varias veces, donde en cada reproducción vemos lo que antes no veíamos. Considerar a una empresa únicamente por su ganancia económica es perderse el legado de más alto valor conocido: la identidad. Para que algo exista primero ha de ser considerado como posible. Para tener visión “esfera” es necesario desarrollar un cerebro esfera.

Empecemos por comprender bien qué es la entropía. Un ejemplo de ello lo vemos en la evolución de las bombillas. Antes usábamos un tipo de bombilla cuyo consumo era elevado porque gran parte se perdía en calor, en vez de aprovecharse en luz que es la finalidad de ese invento. El desarrollo de los sistemas pudo reducir la entropía con las bombillas LED, donde casi todo el consumo eléctrico para ponerla en marcha se aprovecha en luz. Esto es solventar la entropía.

Apliquemos esto al mundo de los negocios. Cómo sería un desorden empresarial “invisible”? Un aumento de producción/ventas para compensar pérdidas, bajando la calidad del producto o buscando lugares de producción donde el valor del trabajo se vea reducido. 

El resultado no se ve en tu bolsillo sino en el de otro. Lo único que pongo en evidencia en este asunto es la inteligencia, que acaba pagando en forma de falta del instinto de autoconservación que tenemos todo ser vivo.

En términos de la naturaleza es un desequilibrio que acaba consumiendo por otro lado. Para que el empresario “gane” (hipotéticamente para él), algo pierde. Si cada día tomas un grano de arena de la playa, la acabarás vaciando sin darte cuenta porque un grano no se nota. El empresario actual debe enfocar su negocio de manera inteligente, y esto es tener en cuenta los pilares de nuestra supervivencia como especie.

El dinero no se come, aunque quizá podamos resolverlo con la creación de replicadores al estilo Star Trek. La conservación de la naturaleza es un asunto que va más allá de la consciencia. Es la única referencia de la belleza inteligente que ha inspirado al progreso humano. Nos queda un reto al que sutilmente la inteligencia artificial está desplazando: el desarrollo de la mente humana, nuestra facultad creativa por excelencia, capaz de crear, por ejemplo, modelos de negocio perfecto, es decir, con entropía = 0, o incluso mejor todavía, generando más beneficio (energía, producto y desarrollo).

La energía ya existe, es la naturaleza y sus recursos. El reto es conservar su más alto valor: la auto-restauración. Es el recurso infinito.

El producto “zeroentrópico” es calidad y uso eficiente, provecho.

El desarrollo es el verdadero capital de la empresa y el sentido de todo negocio, el progreso.

Para comprenderlo, analicemos primero qué sería un modelo de negocio perfecto y miremos si puede llevarse a cabo.

Las directrices las tenemos claras y conocemos además nuestros errores, esto no es ningún secreto. A partir de ahí cada empresa crea su manera de pasar a la acción, es su “mente”, el cerebro que conecta con el cliente, y que dentro de un ecosistema empresarial íntegro, va creando una identidad viva, donde todo está conectado y cada minúsculo elemento tiene sentido en el todo. Podemos llamarla “empresa esfera”, haciendo referencia a la forma más abundante en la naturaleza pues es la que solventa mejor la incertidumbre. La esfera representa la máxima información ocupando el mínimo espacio. Es la inteligencia personificada. El resultado directo es protección, poder, identidad. El resultado indirecto es conexión. Desde la integridad conectas con todo de manera segura. La conexiónel es “el poder de los 360º”. Poder significa “yo puedo” y la esfera representa el poder de acceder a todas mis posibilidades. Y como todo lo que voy a encontrar está dentro de mis posibilidades, cualquier reto puedo resolverlo, de ahí lo de avanzar seguro.

Entrar en estos principios es llevar al mundo empresarial a otro nivel. Es generar la causa como motor del efecto. La competencia real solo existe con uno mismo. Si hay algo que explotar es el propio potencial.

Y con esto llegamos al valor del dinero, en estos momentos el motor que inspira al desarrollo de estrategias y con ello al desarrollo de un tipo de cerebro, no solamente competitivo, sino unidireccional. 

La Naturaleza es la empresa más antigua que existe en La Tierra, con una dirección muy clara: solventar la entropía. Y lo consigue más que cualquier sistema creado por un humano. Podemos verlo matemáticamente en el crecimiento de los árboles, en el comportamiento de una molécula, en la manera en que se ordenan los átomos. La Naturaleza ha sido inspiración en las revoluciones tecnológicas, ha protagonizado las creaciones humanas más inteligentes. Por qué no llevarla a la psique empresarial? Ello resolvería los problemas derivados del consumo que están dejando una huella de entropía no solo en el planeta, sino en el desarrollo humano.

La solvencia de la entropía es la primera directriz en los sistemas tecnológicos, que además van paralelos a nuestro particular modelo social, ya que la tecnología es uno de los pilares adoptados para realizar la mayor parte de los trabajos existentes en el planeta en estos momentos. Buscamos rapidez, accesibilidad y conexión. El reto es hacerlo sin entropía.

Vayamos a un nivel más profundo. El dinero es lo más inestable que existe, es la incertidumbre extrema porque, aún siendo una expresión colectiva, no se expresa con las cualidades que ello comporta.

Las ganancias varían según el valor de las cosas. Y esto es algo que puede estar controlado por los intereses de algunos o ser un valor sujeto al desarrollo de todos. Os pongo un ejemplo, si el valor máximo fuera la sostenibilidad, es decir, si ganaras no por las ventas sino por cada acción inteligente que hagas hacia tu medio, hacia dónde enfocarías tu desarrollo? Comprendo que pueda ser complejo entenderlo cuando el dinero ha realizado el mayor desarrollo plástico en el cerebro como si no existiera ningún otro valor. Decimos que es lo que mueve el desarrollo, pero en el fondo vemos que no. Cuidar al planeta no es ecologismo, es inteligencia y supervivencia. La vida se resuelve con vida, el dinero es solo un valor acordado. Más allá de ello es solo un papel. 

Somos suficientemente diversos para crear justo aquello que uno necesita, y saberselo vender. Vender algo a alguien que no necesita no es simbiosis, por eso agota recursos. El nuevo marketing debe enfocarse desde el desarrollo del vendedor, que pasa a ser más un psicólogo y no un vende humos. Puedes tener un producto muy bueno, pero si se lo vendes a alguien que en ese momento no lo necesita (porque le va mejor otro en ese momento), es entropía. 

La entropía es lo que se debe evitar. Es el punto de referencia a tener en cuenta en cualquier actividad.

Quiero añadir que este asunto no trata de moral, “moda verde” o consciencia por el planeta. La solvencia de la entropía es el verdadero progreso, y no es algo que inventamos, lo que conocemos del universo está inteligentemente organizado para ello. Y aunque partimos del saber natural (materia es leyes), nos adentramos en el desafío de no destruir lo que todavía tiene que existir. Progreso es dar salida al desarrollo de las capacidades que como especie nos impulsan a cualquier autonomía, algo que parece gustarle a la selección natural. Auto-custodia, auto-conservación, auto-regeneración son conceptos que contemplan la matemática de los máximos y mínimos. Un organismo está compuesto de células, y cada una trabaja para su autoconservación porque es la manera que aporta al conjunto, y que lleva a cabo porque en su integración funciona de manera natural. Contemplar un progreso más allá de la tensión cúbica de los 90º es conseguir superar el propio límite, y solventar la ideología del cubo reflejada en una falsa incertidumbre donde lo diferente es tu enemigo, que deriva a una estructura estancada de progreso como la que estamos viviendo en estos tiempos. 

El desarrollo de una empresa va paralelo al desarrollo individual y social. Un ecosistema social se compone de los mismos elementos  que un ecosistema natural. Somos los mismos átomos combinados en una u otra forma, que lo hagamos de manera menos entrópica determina nuestra consistencia.

Lo más interesante de nuestra situaciòn actual es la oportunidad a un desarrollo extraordinario que supone en estos momentos solventar nuestra supervivencia como especie. La naturaleza ha solventado la entropía de la materia fundamental con la existencia, la energía/tiempo de la materia viva con la auto-restauración, dejándonos el legado de construir una mente sin entropía capaz de llevar el progreso como simbiosis. La mejor versión de las cosas siempre es posible. Sabemos el objetivo con certeza, solo falta la voluntad de construirlo.

©Meritxell Castells 25 junio 2025